Para llegar cada vez más alto se requiere que tu deseo de volar supere con creces tu miedo a caer
Llegar cada vez más alto no quiere decir solo el tener más sino también ser más y en esto último hay más riesgo y por ende más miedo ya que implica la incertidumbre cambiar de algo que se es a algo que aún no se es.
Supongo que en la escuela o en tu vida, en alguna ocasión ante una opción que tenías hablabas de ella señalando los pros y contras como una forma de evaluar si valía o no la pena tomarla. Cualquier cosa que intentes en la vida, cualquier sueño, meta u objetivo que persigas igualmente tiene pros y contras siendo el principal contra el miedo de fracasar.
No podemos pretender ser ingenuos y decir que no sentimos miedo cuando intentamos algo, en mayor o menor medida, dependiendo de la percepción que del riesgo tengamos, el miedo siempre estará ahí presente. Lo interesante es que sigamos avanzando hacia lo que nos hemos propuesto incluso con ese miedo.
Cuando uno se detiene en algo que está intentando, por el miedo, es prácticamente como si le entregáramos el poder que de nuestra vida debemos tener a ese sentimiento negativo para que sea él quien ahora dirija y controle nuestra vida.
Lo peor del caso es que en cuanto al miedo a caer, a no lograrlo, a fracasar, curiosamente estamos hablando de un miedo de algo ¡que no es real! Al menos que no se ha hecho realidad y que quien sabe si se haga.
No es como el miedo que uno puede sentir al estar subiendo una montaña, me refiero una montaña real y al miedo a caer. Ese es un miedo real ya que salvo nuestro esfuerzo, todo empuja a que la fuerza de gravedad haga su trabajo y que la aceleración lo complete. Es un miedo real, como digo, y así como ese hay muchos.
Pero, ¿miedo a fracasar, a no lograrlo, a caer? Sé que siempre eso será una posibilidad, pero comparándola con el ejemplo anterior, ¿qué tan real? Si la vemos desde este punto de vista es una posibilidad como muchas otras que pudieran darse, pero el miedo surge cuando la vemos como casi la única posibilidad y no solo eso sino que con una gran probabilidad de darse.
Aun así no todo es tan fácil como decir que ya no sentiremos miedo, a veces ese sentimiento es tan natural en nosotros que prácticamente no sabemos cómo vivir si él. La idea es verlo tal cual es.
Mira. ¿Recuerdas cuando niño, en la oscuridad de tu cuarto, que comenzabas a ver sombras y que esas sombras se volvían avasallantes y amenazadoras?, ¿alguna vez te levantaste y prendiste la luz?, ¿qué fue lo que encontraste? Tal vez como yo solo te diste cuenta de las jugarretas que tu mente te hacía al ver unas sombras como algo tan terrorífico que te infundía ese miedo, para finalmente ver que ahí no había nada.
Pues bien. Tus miedos a caer, a no lograr algo, a fracasar son iguales que esas sombras que en la oscuridad de nuestro cuarto cuando niños veíamos. Sólo es cuestión de verlas en su correcta proporción: como una posibilidad más, una en muchas y en muchas en las cuales está el éxito, el logro, el aprendizaje, el mejorar. Y en el último de los casos pensar que incluso con todo y miedo es mejor tratar a permanecer preso de ese sentimiento y luego lamentarte de no haberlo intentado.
Cuando se intenta algo no se puede dejar de sentir cierta aprensión a no lograrlo, pero de la misma forma en nosotros está en conectarnos con esos otros sentimientos que nos impelen a tratar de alcanzar lo que nos proponemos, después de todo para llegar cada vez más alto se requiere que tu deseo de volar supere con creces tu miedo a caer.
Roberto Celaya Figueroa, Sc.D.
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