Gritos y humillaciones del cónsul en Nogales; SRE lo premia
ESPECIAL, ago. 21.- La diplomacia mexicana presenta signos de agotamiento y decadencia.
Lo que ocurre en el Consulado General de México en Nogales, Arizona, es un ejemplo.
Su cónsul, Marcos Moreno Báez, insulta, humilla y amenaza a varios de los funcionarios que trabajan en la representación de México.
El funcionario A narra en su denuncia ante el Comité de Ética de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que el 31 de enero de 2023, Marcos Moreno Báez lo sometió a un “proceso disciplinario” en horario no laboral. El funcionario A fue víctima de un ataque de ansiedad y Moreno Báez le obligó a tomarse sus medicinas. “Quiero ver que las tomes”, le increpó. “Me las tomé y le mostré mi boca sin medicinas”.
El funcionario A asegura que fue “privado de mi libertad (…) por una hora y veintiún minutos”. Lo acusa de “maltratos, violencia y acusaciones sin fundamento (…) gritos (…) casi le explotan sus venas”.
Moreno Báez lo humilló.
El funcionario B acusa al Cónsul General Marcos Moreno Báez de encubrir al tercer secretario Kharlo Mario Quiñónez Quiñónez en un caso de firmas apócrifas sobre formularios de repatriación de niños, niñas y adolescentes (NNA).
El funcionario B detectó “más de 1,000 fojas” que corresponden a formularios de repatriación y su firma que no reconoce sobre su nombre. Se trató de 1,106 formatos que certifican la repatriación de 3,349 niños, niñas y adolescentes entre el 16 de agosto de 2021 y el 23 de mayo de 2022.
El funcionario C acusa al Cónsul General de México en Nogales, Arizona de desvío de recursos públicos al solicitar al equipo de limpieza del consulado su presencia en su casa para realizar la limpieza.
El lunes 6 de febrero, Fátima Hinojosa pidió al funcionario A pasar a la oficina del cónsul Moreno Báez. Le pidió que firmara una carta de “autoincriminación en la que se asentaba que yo no había sido víctima de vulnerabilidad e injusticias por parte del cónsul general, que nunca había visto yo violencia hacia los demás”, entre otras afirmaciones.
El funcionario A se negó a firmarla.
El funcionario B afirma que la cónsul de protección Fátima Hinojosa le pidió que firmara una solicitud de permiso humanitario para más de 60 niños de un coro, sus padres y personal quienes asistirían a un evento en Phoenix.
No lo hizo. Aclaró que el Departamento de Seguridad Interior de EU otorga los permisos para casos humanitarios urgentes, no para asistir a espectáculos.
El funcionario A señala al cónsul de propinar “maltratos a mujeres de la tercera edad”; menciona el nombre de Susana Rangel Banda.
Ambos funcionarios, A y B, señalan al cónsul Moreno Báez de presumir su relación con Alejandro Encinas y con el Gobernador de Sonora, Alfonso Durazo. Lo hace siempre en tono de amenaza o intimidación. Están “al alcance de mi mano con un whatsapp”, señaló Marcos Moreno al funcionario A.
El funcionario A acusa al Cónsul General de enviar a policías de Nogales, Sonora a buscarlo a casa de una amiga.
Esta historia la conoce la canciller Alicia Bárcena. Prometió enviar a un funcionario para investigar el caso, no lo ha hecho.
Roberto Velasco, Jefe de Unidad para América del Norte de la SRE, conociendo los casos, ha realizado una evaluación laudatoria sobre el Cónsul General Marcos Moreno Báez.
Velasco se distanció de Ebrard. Quiere escalar a Washington. Lo mejor sería que presentara su renuncia.
Por Fausto Pretelin Muñoz de Cote / www.eleconomista.com.mx