Árboles… a la buena de Dios; y de la mano de Juanito

NAVOJOA, Sonora, nov. 29 (NPN).- A todo pulmón, el incansable Juan Camargo tiene 13 años ‘labrando’ junto a la cerca de la unidad deportiva Faustino Félix Serna, en ´el sendero que le vuelve a la vida´.

¡Qué son 77 años! Cuando se tienen ganas de vivir… y servir.

Futbolista de cepa y atleta en su veteranía, Juan Rafael Camargo Leyva nació entre los paños de una partera un 24 de junio de 1946 en No Reelección y Galeana. 42 años jugó futbol, 10 practicó el atletismo… pero toda su vida ha defendido y visto por su natal Navojoa, hoy lo hace ‘desde la trinchera verde’.

Cuando ya había dejado las canchas y se dedicaba el fondismo con la disciplina y entusiasmo de siempre, el 2008 sufrió un accidente que le lastimó tres vértebras. El diagnóstico no solo le obligó a parar y alejarse del atletismo, sino a encontrar su propio espacio, su nuevo espacio… el caminito (sendero), pegado al cerco (por dentro), en la Faustino Félix.

Con el permiso y apoyo del entonces gerente del IMD en el 2010 (Gustavo Álvarez Soto), Juan Rafael empezó a limpiar el sendero, después le hizo tazas y protegió sus árboles, cortó maleza y también terminó “enchulándolos” con cal a sus troncos y ladrillos que marcan el trazo del “caminito”.

El 2022 no fue fácil para Juanito Camargo, el dengue tocó su salud  y existencia, pero aún así prosigue en su labor, día a día. Le madruga, consigue herramienta, cal y lo que se ocupe… el deber le espera cada mañana.

Y hoy, 13 años después… ‘la única´ y amenazante diferencia, es que no hay agua para los más de 90 árboles en los casi 500 metros de cortina al poniente del complejo deportivo.

Con la idea del ingeniero Arturo Samaniego Russo y bajo el visto buen del entonces alcalde Carlos Quiroz Narváez (+) esos árboles se trasplantaron en 1998. “Quiero terminar de arreglarlos, hacerles de nuevo tazas y buscar al Presidente para ver si así le dan ganas de echarles agua”, comentó el ex eléctrico con sus manos embarradas de ‘lechada de cal’.

La obra de Juan Camargo debería comprometer a las autoridades y hacer meditar a los usuarios del sendero. Soñar no cuesta nada.

¿Volverán esos árboles a tener agua?

Por Rosario A. Delgado V.

nopasanada@nopasanada.mx

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