¿Por qué Luis Almada no llegó a Grandes Ligas en 1927 antes que su hermano Melo?

ESPECIAL, oct. 15.- ¿Por qué el sinaloense Luis Almada no llegó a Grandes Ligas en 1927 antes que su hermano Melo?

La historia de los Almada es digna de una película. El padre de ambos, Baldomero, era un coronel al mando de las tropas del Presidente Álvaro Obregón durante la Revolución Mexicana en 1910, pero años después él y su familia fueron amenazados de muerte por Victoriano Huerta y se mudó a Estados Unidos en 1915, cuando el gobierno de Venustiano Carranza lo nombró cónsul de México en Tucson, Arizona, aunque enseguida solicitó su mudanza a Los Angeles (había rechazado un puesto similar para Francia y Nueva York).

Luis, uno de los ocho hermanos –el otro era Melo y seis mujeres–, tenía 7 años de edad y quedó fascinado cuando comenzó a ver juegos de softbol para luego practicar de lleno el beisbol y futbol americano y convertirse en un gran atleta a muy corta edad.

Ya en la secundaria, Lou –como le llamaban sus compañeros–, era invencible como pitcher al promediar 14 ponches por juego y cuando terminó la preparatoria era el atleta más destacado al recibir ofertas de beca de la USC y Notre Dame a tal grado que en 1926 fue elegido a través de una encuesta como el mejor deportista de la preparatoria del Estado de California (un premio que después conseguirían John Elway y Ted Williams).

Luis rechazó ambas becas para seguir su carrera como lanzador y jardinero, motivado por el increíble auge que había desatado Babe Ruth en Estados Unidos hace 100 años.

Así llegó su gran momento en 1926, cuando en una gira de los arrogantes Yankees por Los Angeles para varios juegos de exhibición, Almada ponchó a Babe Ruth. El scout de los Gigantes de Nueva York, Sam Crawford –ex compañero de Ty Cobb–, estaba presente en el juego y se acercó a Luis para ofrecerle un contrato de 5 mil dólares con una invitación al Spring Training de 1927.

El manager de los Gigantes era el célebre, John McGraw, quien quedó fascinado con el talento del joven de 20 años de edad y rápido lo apodaron «El Caballero de California», cuyo equipo tenía en sus filas a varios futuros Salón de la Fama de Cooperstown como Roger Hornsby, Mel Ott, Bill Terry y Freddie Lindstrom, quien durante un juego de exhibición le pegó una línea en la cabeza a Luis cuando éste corría de segunda a tercera, lo cual provocó que lo enviaran a las menores al arrancar la temporada con la promesa de ascenderlo a MLB en la primera oportunidad.

Sin nadie que lo asesorara, Luis renunció al equipo en medio de su frustración y soledad, de tal forma que se regresó a Los Angeles para firmar con las Estrellas de Hollywood en la Liga de la Costa del Pacífico (de acuerdo al periodista Gilberto García, Almada cometió un error porque los Gigantes tenían grandes planes ese mismo año para él).

Ya en dicha liga, Luis destacó más como bateador y jardinero para brillar varios años, pero no recibió otro llamado de un equipo de MLB (en el año 2014 fue elevado al Salón de la Fama en la Liga de la Costa del Pacífico, categoría Triple A…Único mexicano con dicho logro).

De 1929 a 1931 brilló con los Indios de Seattle en el mismo circuito a tal grado que en 1930 la Liga la Costa del Pacífico armó una selección para unos juegos de exhibición en la Ciudad de México y nombró como capitán a Luis Almada, lo cual desató mucho ruido en nuestro país porque los periódicos publicaban muchas fotos de él y se le visualizaba como el futuro primer mexicano en Grandes Ligas.

En 1932, Luis llegó a los entrenamientos acompañado de un jovencito de 18 años de edad, a quien le había pagado su viaje para que lo vieran jugar. Era su hermano menor Baldomero, de quien le dijo al manager Ernie Johnson, «Melo es bueno y puede ayudar a ganar a este equipo».

ESTA FOTO es de los entrenamientos en 1932, cuando Alice Brougham, hija del columnista deportivo del Seattle Post-Intelligencer, Royal Brougham, solía visitar a los hermanos Almada en las prácticas en Santa Cruz, California.

Melo también había recibido un par de ofertas de becas universitarias (igual que Luis), pero Johnson –según un artículo de la revista Collier’s del 24 de agosto de 1935–, le dijo a Melo que estaría «loco si perdía el tiempo en la llamada educación superior».

Cinco semanas después en los entrenamientos, el manager llamó a los hermanos Almada a la oficina de su estadio en Santa Cruz. “Lou”, le dijo Johnson, “Tenías razón cuando trajiste a Melo a los entrenamientos y dijiste que sería un gran jugador. Él se queda en el roster y aquí está tu baja”.

Luego se comentó que los Indios le ofrecieron reducir su salario a Luis, quien no aceptó y prefirió renunciar para convertirse en el representante de Melo y un año después el hermano menor se convirtió en el primer mexicano en la historia de Grandes Ligas al ser ascendido por los Medias Rojas de Boston.

Luis siguió jugando en Triple A hasta 1937, mientras Melo –nacido en Huatabampo, Sonora– finalizo su carrera en MLB en 1939.

Melo falleció en 1988, pero Luis murió en 2005 a los 98 años de edad en Carmel, California.

Esa es la historia de los hermanos Almada –uno sinaloense y el otro sonorense–, quienes nacieron en medio de la Revolución Mexicana y por azares del destino dejaron huella en Estados Unidos.

*Cabe señalar que en su época con los Indios de Seattle, un periodista lo bautizó como «Ladies Day Lou», ya que los jueves era de damas gratis en el estadio y Luis siempre se lucía bateando ese día.

Por Fernando Ballesteros

Información de purobeisbol.mx

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