Samuel, Claudia y Xóchitl

ESPECIAL, sep. 25.- Reitero: la decisión de Movimiento Ciudadano (MC) de qué hacer en 2024 beneficiará explícita o implícitamente a la candidata presidencial del gobierno o la oposición. Todo indica que MC ya tomó una decisión. Irá solo en la boleta, con el gobernador de Nuevo León, y esto ayudará a Claudia en detrimento de Xóchitl.

En una competencia de tres, Samuel García sí le quitaría votos a Gálvez.

Eso apuntan los números. Veamos los que reporta la encuesta en viviendas de Reforma levantada entre el 18 y 23 de agosto. Sin candidato de por medio, cuando se le pregunta a la gente por quién votaría para la elección de Presidente si fuera hoy, 53% lo harían por Morena y sus aliados (49%, Morena; 2%, PT, y 2%, Verde). Ya cuando se les cuestiona por una posible elección de tres entre Claudia, Xóchitl y Samuel, Sheinbaum obtiene 53% de las intenciones de voto (descontando 17% de encuestados que no respondió esta pregunta). La diferencia entre voto por partidos y por candidata es de cero. Claudia ni gana ni pierde por ser la abanderada.

En la oposición, en cambio, el voto a favor del Frente Amplio por México es de 43% (21%, PAN; 19%, PRI, y 3%, PRD). Las preferencias a favor de Gálvez (quitando la no respuesta) es de 33 por ciento. Xóchitl pierde diez puntos porcentuales.

A escena entra MC. Las intenciones de voto a favor de este partido son de 4 por ciento. Ya con García en la boleta se incrementan a 14% (descontando la no respuesta). Samuel gana diez puntos como candidato.

En la encuesta referida no se reporta una posible elección parejera entre Claudia y Xóchitl para ver cómo quedarían los resultados. Esto nos daría más información para analizar el efecto de García sobre Gálvez. Será necesario hacer mediciones demoscópicas y modelos más precisos para llegar a conclusiones más sólidas.

Pero el sentido común y los números arriba referidos corroboran la tesis que Samuel sí le quita votos a Gálvez.

Hay incluso un tercer factor. Andrés Manuel López Obrador es de los que más están convenciendo a Samuel de que se lance como candidato. Y ya sabemos que el Presidente está en la labor de hacer todo lo posible para que su sucesora sea Claudia. Ya trató de dividir al PRI del PAN, pero no lo logró. Le queda fragmentar el voto opositor con MC. Por eso anda encandilando al gobernador de Nuevo León.

Y Samuel se lo está creyendo. Por lo que veo, ya se le olvidó la promesa que él no haría lo mismo que su antecesor, Jaime Rodríguez, El Bronco, quien dejó un año la gubernatura de Nuevo León para irse a competir en la elección presidencial de 2018. Entre López Obrador, Dante Delgado (el cacique de MC) y los típicos aduladores que rodean a los políticos ya le vendieron la idea a Samuel que él puede ganar en 2024, como lo hizo en Nuevo León en la elección de gobernador de 2021.

En ese entonces, García comenzó la campaña en cuarto lugar. Triunfó porque la favorita, la morenista Clara Luz Flores, se desplomó después de cometer un par de errores garrafales. El PRI y el PAN, además, presentaron a sus propios candidatos dividiendo el voto entre ellos. El ganador de esta combinación fue MC.

Francamente no veo que pueda suceder lo mismo en 2024 a nivel nacional. Ni creo que Claudia se vaya a desplomar súbitamente y ahora PRI, PAN y PRD van unidos.

Hoy la mayor probabilidad es que Samuel quede en tercer lugar. En un buen tercer lugar, y eso es lo importante para MC. Porque si saca 14% como lo indican las encuestas, resultaría un gran triunfo para Delgado y compañía. El voto a favor de Samuel generaría un mayor número de diputaciones y senadurías para MC en la próxima Legislatura. Este partido se convertiría en una especie de “bisagra” para negociar con el gobierno la aprobación de las agendas legislativas. Quedaría, sin duda, con un mayor poder que el actual.

Eso es lo que le conviene a Dante, pero no me queda claro por qué a Samuel. Sabiendo esto, PRI y PAN, que tienen mayoría en el Congreso de Nuevo León, ya dijeron que no le darán licencia a García para irse a competir en la elección presidencial. Si quiere, tendría que renunciar y perdería su puesto. En otras palabras, ya le subieron el costo a Samuel de irse a dividir el voto opositor.

Pero García parece estar dispuesto a hacerlo. Ya se le metió el gusanito de la fama nacional. Lo vemos en sus videos. Anda volando alto. Intuyo que ya ni siquiera le hace caso a los poderosos empresarios de Monterrey que suelen controlar a sus gobernadores y a los que les convendría una elección parejera entre Claudia y Xóchitl. Más bien, el gobernador neoleonés está escuchando el canto de las sirenas que viene de Palacio Nacional, de sus compañeros de partido y los lamebotas (sycophants, les dicen en inglés) que nunca faltan en la política.

Por Leo Zuckermann

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