La deuda del gobierno federal

ESPECIAL, sep. 20.- Como una manera de legitimarse, los gobiernos tienden a decirle a la sociedad que no se endeudan y que hacen muchas cosas por la sociedad, es el caso del nuestro. La realidad nos enseña que es imposible que los gobiernos no incurran en endeudamiento para sostener su gasto que, en todos los casos, suele ser creciente y sin medida. En efecto, por una razón u otra, en las últimas décadas el endeudamiento global de los gobiernos no ha hecho más que crecer de manera exponencial. En el caso de los gobiernos latinoamericanos incluido México, lo hacen para sostener excesivos gastos que pretenden hacer sentir como “sociales” pasando décadas con altos niveles de pobreza sin que ésta disminuya sustancialmente; no existe a la fecha un sólo caso exitoso de reversión permanente de esta condición. Por su parte, los gobiernos de países desarrollados engullen recursos de contribuyentes en gasto militar y acciones geoestratégicas. Como sea los gobiernos no tienen llenadera olvidan que el dinero que administran no es más que de quien paga impuestos, notoriamente las clases medias. Así, durante las últimas décadas en gasto, pero, sobre todo, el endeudamiento público se encuentra en niveles alarmantes.

En México la espiral de endeudamiento está creciendo de manera acelerada. Al terminar la Segunda Guerra Mundial se negoció la deuda para que, luego de 12 presidentes de la República alcanzará 10.5 millones de millones (billones). El actual gobierno la llevará el sólo a 16.7, es decir, en 72 años llegamos a 10.5 billones y tan sólo en 6 a 16.7 billones. Sin embargo, lo más dramático no es el saldo nominal sino la falta de crecimiento que limita considerablemente la posibilidad de disminuirlo; si los pronósticos de Hacienda se llegaran a cumplir este sexenio habría crecido 0.8%, con este magro crecimiento la deuda es alarmante. Lo anterior es aún más relevante si tomamos en cuenta que, sin importar el tamaño del PIB y el cociente DEUDA/PIB, la capacidad fiscal para disminuirla o al menos amortizarla es limitadísima porque no han existido esfuerzos por ampliar la base de contribuyentes por lo que 1 peso de cada 5 que se gastarán será prestado; en donde sólo el 40% de la economía es formal. En este sentido nos encontramos ante la inviabilidad fiscal en donde 4 personas cargan con 10 personas. El déficit primario de 1.5% que se propone para 2024, nos muestra que este gobierno tendrá que emitir deuda para pagar deuda lo que nos lleva a la realidad de que se terminó la época que duró 3 décadas de finanzas relativamente sanas; el déficit total de 4.9% será el más alto en 40 años. Adicionalmente están los costos imparables en pensiones, apoyos a la tercera edad e intereses de la deuda, así como los subsidios que necesitarán por años el Tren Maya, el AIFA y Dos Bocas. El actual gobierno se está convirtiendo en el que más creció la deuda pública y probablemente el que menos creció la economía.

Por Carlos Alberto Martínez Castillo

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