Xóchitl

ESPECIAL, jul. 8.- De un día para otro Xóchitl Gálvez se convierte por iniciativa propia, y no por la de otros, en el centro de gravitación de toda la política nacional y de ser realidad en el 2024. Se podría convertir en el emblema de una verdadera metamorfosis mexicana.

Venciendo circunstancias comunes del México rural, la ahora precandidata, una vez terminada la preparatoria, decidió hacer una carrera universitaria luchando contra estereotipos muy arraigados en el México profundo. Trabajando y estudiando simultáneamente, viviendo en una azotea en Iztapalapa, Xóchitl se enfrentó a la realidad de la gran ciudad, sin más herramientas que su férrea voluntad y las ganas de salir adelante. Se recibió de ingeniera cuando lo tradicional era simplemente quedarse en su pueblo y, cuando mucho, estudiar para maestra, olvidándose de sus talentos y archivando sus sueños de sacar a su familia de la pobreza. Su fuerza de carácter y su espíritu de competencia la llevaron a crear una empresa que convierte edificios inteligentes. Otros datos la describen como fuerte de carácter y con un indomable espíritu de competencia.

Su irrupción en el firmamento político fue de la mano de un cazatalentos que la llevó ante el presidente electo Vicente Fox, quien la invitó a dirigir el Instituto Nacional Indigenista, haciendo un trabajo impecable para mejorar la calidad de vida de los que, como ella, habitan en medio del retraso. Más tarde, fue electa delegada en la alcaldía Miguel Hidalgo y después senadora. Testimonios de lo que ha hecho hay muchos, como también de que su lenguaje, a veces florido y muy gráfico, habla de verdades y realidades que nadie puede soslayar.

Y cuando estábamos inmersos en unas no-campañas para seleccionar a una corcholata como heredera o heredero de López Obrador, de pronto Xóchitl, mujer sin partido, levanta la mano desde la oposición, que también ya perfilaba a varios candidatos, para anotarse como una aspirante más para dirigir al país. Sus contrincantes nos ofrecen más de lo mismo. Xóchitl con su frescura y franqueza ha venido a romper los esquemas heredados del viejo PRI. Ninguno de los precandidatos que recorren las diferentes plazas ofrecen algo distinto a las consabidas críticas al lamentable estado de corrupción y violencia en que se encuentra el país. Cuando lo que se necesita son programas de gobierno que definan nuevos rumbos y no la repetición de esquemas de gobierno que nos han traído desigualdad e insatisfacción popular.

A AMLO, que ya se ostentaba como el jefe de campaña de los candidatos de Morena, seguro de que en la oposición no surgiría nadie de peligro, hoy la irrupción de Xóchitl le ha venido a romper su esquema electoral. No hay día que no la critique, que no se burle de ella, siguiendo los cánones que le dicta su machismo tabasqueño.

El país está necesitando dar un paso hacia formas modernas de democracia que hagan realidad la distribución equitativa de cargas y también de logros. Este paso es necesario, pero el problema consiste que el aparato político formado por los partidos no tiene voluntad para darlo y prefiere retener sus consabidas prerrogativas.

La aparición de una candidata con un enfoque que articule con un compromiso de unidad nacional y con un gobierno de coalición representa la posibilidad de que, como en su momento, la Constitución de 1917 fuera la primera social del mundo, ahora, un siglo después, se inaugure un gobierno plural, permitiendo a muchas mentes y a la diversidad de ideas para dar ejemplo de la actualización de los principios y libertades en que fundamentamos nuestra convivencia.

Toca ahora a Movimiento Ciudadano incorporarse a las fuerzas de oposición para juntos lograr que un frente plural gobierne este país.

Lo anterior significa aterrizar en materia de garantías y libertades para recuperar las instituciones ofreciendo servicios populares en atención médica y educación, precisamente en este orden. Asimismo, acabar con la confusión en la que AMLO metió al país, por no saber distinguir el papel de las Fuerzas Armadas como distintas a las policiacas.

El clima de violencia e insatisfacción mundial hace que la necesidad de cambio sea universal. Se ha escuchado en diversos continentes y se expresan en primaveras que han cundido en Europa, África y Asia.

Por Julio Faesler

www.excelsior.com.mx

Botón volver arriba