Alex Fernández: “Mi padre y mi Tata, dos seres bien bonachones”

ESPECIAL, jun. 17.- Para los Fernández festejar el Día del Padre es una tradición, ya que es la oportunidad de estar en familia y obsequiarse “pequeños detalles con valor sentimental”, aunque la prioridad es convivir y disfrutarse; mañana no será la excepción, asegura Alex Fernández, quien aunque lamenta, como todos sus familiares, que el jerarca Vicente Fernández ya no esté físicamente con ellos, destaca que su filosofía y enseñanzas lo mantienen presente en el núcleo familiar.

En medio de la grabación de lo que será su nuevo material musical, el cantante se dio tiempo para hablar con MILENIO de lo que representa la paternidad para él: “Fuerza, ejemplo, guía, amor incondicional y protección”. Y de las enseñanzas de sus dos padres, Alejandro Fernández y su Tata, como llamaba a Vicente Fernández, quien muchas veces fungió como su padre. Incluso comparte que se molestó con él, cuando hablaron del nombre que daría a su primogénito si era varón; pues “al responderle que lo llamaría Alejandro, porque era mi nombre y el de mi papá; me dijo que no, que le pusiera Vicente, porque él era como un padre para mí”.

Y sí lo era, ¿no?

Sí, muchas veces la convivencia con mi abuelo fue como de padre e hijo, me la pasaba muy bien con él, éramos muy cercanos. Recuerdo que era muy cómico, le encantaba hacerme bromitas, que a veces no eran muy divertidas: se hacía como que le daba un ataque al corazón y caía muerto. Además era un hombre muy sabio y te daba consejos de vida, al estilo rey León.

¿Qué te aconsejaba?

Llevar la vida con calma; en lo artístico, estar lo más apegado a los fans, con la gente que me apoya, entender que gracias a ellos es que me va bien, porque por más que sea lo que quiero, si no tengo el cariño de la gente que me apoya, que me quiere, pues no voy a tener nada.

Y en la cuestión familiar, siempre estar alivianado, no descuidar a la familia por querer hacer cosas nuevas en la carrera o ser muy ambicioso; y al mismo tiempo me decía que no debía descuidar mi carrera por querer estar 24/7 con la familia; me decía que siempre debía haber un balance.

¿Hay alguna anécdota que recuerdes en especial?

Sí, son muchas cosas las que viví con él y que recuerdo con cariño. Qué mejor anécdota puedo tener que el hecho de que me haya impulsado en mi carrera; cuando empezamos a hacer el disco Sigue la dinastía, me enseñó muchas cosas, trabajamos muchas horas en la selección del material, viendo las letras; a veces nos peleábamos, porque él quería unas canciones y yo otras; y luego con el tema de las fotos, en lo que era un artista y también le encantaba dirigir los videos, por eso hay muchas similitudes entre mis inicios y los de mi papá, pues aunque la intención no era hacer una réplica, él también hizo las fotos. Estuvo con mi papá y luego conmigo; tengo muchas cosas para recordar y agradecerle.

¿Qué es lo que más le admirabas?

Su humildad y lo bueno que era, a pesar de todo lo que tenía: dinero, poder, fama, era una leyenda; con todo y eso, ayudaba a mucha gente de la familia, y aunque no fueran de la familia si veía que necesitaban apoyo, se los daba.

También me gustaba mucho su sencillez. A veces ahí lo veías que iba a ver sus caballitos con shorts y los tenis rasgados. Después se ponía a ver sus películas y las luchas, mientras comía nieve y sus galletitas. Con nosotros era súper bueno, siempre nos chiqueaba cuando mi papá nos regañaba; siempre atesoraba el tema de la familia, viendo qué necesitaban, le encantaba ser detallista.

¿Con tu papá también hay buena relación?

Sí, siempre he tenido una relación muy bonita, ha sido un gran papá, a pesar del divorcio; incluso mucha gente pensaba que no nos veía. Por el hecho de llevar la carrera de artista lo veíamos muy poco desde que mis papás estaban casados, pero cuando se divorciaron empezó a vernos más. Fue un papá que nos enseñó muchas cosas, y siempre con mano dura. Él pudo haberme dado todo de chiquito —claro que nos dio casa, comida, escuela, vacaciones— pero cuando le pedía algo, así fuera un disco, me ponía metas o me pedía calificaciones, y sí no cumplía no me compraba nada.

Recuerdo que cuando tenía 18 años, le pedí un carro y no me lo compró; al final fue mi abuelo quien me dio una camioneta. Esa dureza de mi papá me ayudó a aprender que no todo es fácil en la vida y que tienes que luchar por lo que quieres. Claro en ese momento consideras que es malo, pero con los años te das cuenta de que solo así aprendes a valorar lo que tienes, el dinero, todo. Ahora se lo agradezco. Fue y es un gran papá.

¿Qué admiras de tu papá?

La disciplina, la mentalidad y el talento que, obvio, heredó de mi abuelo, y lo duro que ha trabajado para formar todo lo que tiene. También admiro de los dos que son súper bonachones, tienen muy buen corazón; mi abuelo era un poco más canijo, no se veía bonachón por fuera, pero ambos son como niños… mi abuelo lo era.

¿Qué sentiste al compartir el escenario con tu papá en la Plaza de Toros en el concierto dedicado a tu Tata?

Fue un momento muy especial e histórico, un honor acompañar a mi papá, aunque honestamente estaba ultra nervioso por el tema de lo histórico que era el evento, porque había 50 mil personas, y porque se iba a grabar y a transmitirlo en vivo, fue un momento de súper nervio, pero al final todo salió bien. Me encantó que pasaron mucha similitudes con el concierto que dio mi abuelo en ese mismo lugar; claro, mi papá le metió algunos detallitos, pero el hecho de que lloviera, al igual que cuando se presentó mi abuelo, y mi papá usó un traje igualito al de él. Todo fue muy emotivo.

¿Te da consejos tu papá?

Muchísimos, ahorita que estoy haciendo las giras con él por Estados Unidos y México, he aprendido mucho porque es súper duro en cuestiones técnicas y de maestro. No es el papá cuervo que te aplaude todo, al contrario, si haces todo bien y una cosita que no estuvo tan bien, se enfoca mucho en eso. Me enseña técnicas, me dice cómo cantar, cómo poner a cantar a la gente, cómo hacer el microfoneo dependiendo de los escenarios, de los estudios; cómo moverme dependiendo si es un palenque, un auditorio o una arena; y cosas técnicas de cómo deben estar las cosas: qué tiene que hacer el equipo de producción, cómo deben ser las estrategias para cuando arma una gira. Con mi papá he aprendido mucho más de cómo se manejan los shows y el negocio, y con mi abuelo más cómo cantar.

¿Tu papá te da tips sobre paternidad?

Tanto como tips, no; aprendí de su escuela, él siempre fue un gran papá y eso se transmite. Creo que soy un buen papá con Mía, ella es mi mundo, me trae sacando baba y voy aplicar las mismas cosas que hizo mi papá conmigo. Voy a hacer todo para que sea feliz, y también le voy a enseñar que no todo es fácil y que cuando quieres algo lo tienes que ganar. Aunque no voy a hacer tan duro, más bien la idea es lograr un balance para que aprenda a valorar las cosas y cuando tenga algo se emocione.

¿Comprendes ahora más los regaños y palabras de tu Tata y de tu papá?

Sí, uno va entendiendo, conforme va pasando el tiempo, por qué los papás son como son; te enojas y dices: ‘Qué injusto’, pero cuando eres papá quieres hacer lo mismo con tu hijo, ir preparándolo para que esté lo mejor que se pueda.

¿Qué es lo que más disfrutas de ser papá?

Que puedo estar mucho más tiempo con Mía, no necesariamente por el hecho de ser papá, pero sí de estar con ella en sus diversas etapas. Me fascina que es una beba súper hermosa y carismática, tiene muchas cositas que me van recordando a mi. La veo y me acuerdo de cuando yo era chiquito, y de mi abuelo. Es muy chistoso cómo voy percibiendo esa nostalgia, es padrísimo. Y ahora estoy más contento porque ya viene el o la segunda, estoy emocionado de que Mía va a tener un hermanito con el que va a poder jugar y ser compañeros.

Por Adriana Jiménez Rivera

www.milenio.com

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