Tres danzas en Sonora además de la danza del venado
Dentro de la multiculturalidad de Sonora existen muchas danzas. Aquí tres expresiones más que no son menos importantes que la famosa danza del venado.
ESPECIAL, may. 5.- Sonora en sus distintos pueblos originarios poseen culturas ancestrales y otras que después se fusionaron también con tradiciones y prácticas que trajeron los españoles en las misiones en esta zona de México.
Los pueblos mayos y yaquis tienen dentro de sus celebraciones diferentes expresiones dancísticas que se acompañan con cantos que hacen alusión principalmente a la naturaleza. Las flores, los animales, las piedras, la lluvia, el valle.
Le cantan al viento y también a dios. Tienen cantos para acompañar a sus difuntos y sobre todo para los juegos del venado, el coyote y los pascolas.
Probablemente la danza del venado sea la más conocida en México, proveniente de estas dos culturas, cada una con sus diferencias que son parte esencial de la vida, usos y costumbres de todos los pueblos que comprenden estas naciones indígenas sonorenses y parte del norte de Sinaloa, con los mayos.
Aquí tres danzas más, que también se ejecutan en Sonora:
La danza del coyote
Con los mayos al norte de Sinaloa y en Sonora con los yaquis, es posible hallar la danza de los coyotes o danza del coyote.
La letra de la música que acompaña este baile hace alusión a la vida de este animal y se ejecuta al son del tambor de doble parche.
El evento más importante para la realización de esta manifestación es el tiempo de la Semana Santa.
El danzante que ejecuta se cubre la cabeza y la espalda con la piel del coyote y, de este modo, imita los movimientos del animal al ritmo de la música y las piezas de los “maistros” cantores.
Se dice también que la danza del coyote simboliza el tránsito del plano terrenal al astral.
Cuando el coyote caza al venado, se representa el dolor por la pérdida de un ser espiritualmente puro y significativo para la vida.
De esta manera se lleva a cabo únicamente en ocasiones fúnebres, como servicios conmemorativos o aniversarios de personas importantes o distinguidas en la tribu.
Es común también ver a los danzantes del coyote y venado juntos en la ramada, en ceremonias y eventos especiales, donde juegan simulando siempre que se encuentran en el monte y en los valles, siguiendo así también, las letras que se cantan en yaqui o mayo.
Danza de pascola
El baile de la pascola requiere de la participación de dos danzantes, quienes deben interpretar los movimientos y sonidos de animales autóctonos de la región, tales como serpientes, venados y chivos.
Esta danza es representada típicamente durante la celebración de la Semana Santa y se utiliza para dar inicio a los festejos locales, en donde la comunidad se reúne para celebrar su identidad cultural.
Más allá de ser simplemente una danza, la Pascola es un elemento representativo de la cultura sonorense. La elaboración de los vestuarios, la producción de trabajos textiles, la música y la narrativa corporal que se muestra en la danza son una manifestación de la creatividad y habilidades artísticas de la región.
La vestimenta del pascola desde las piernas incluye los típicos tenábaris, ropa de manta, un sistro, que es una especie de pandero, y cascabeles en la cintura.
Los movimientos principalmente de sus pies al compás de los sones son la principal musicalidad que emiten.
La posición de la máscara del danzante también define si mientras baila es un hombre o un animal.
Estos pueblos dentro de su cultura narran también que mientras se danza en la ramada, los pascolas que ya se han ido también están presentes acompañando a su gente y familia.
Los matachines
La danza de los matachines tiene sus orígenes en una danza europea de Carnaval que data del siglo XV. En México, esta danza se ha convertido en la manifestación religiosa más popular entre los grupos indígenas del norte del país y se atribuye su introducción a los grupos misioneros.
Según el antropólogo Carl Lumholtz, los matachines son grupos de hombres que se organizan para rendir culto y bailar en conjunto, apareciendo únicamente en festividades católicas y nunca en celebraciones profanas.
En la región tarahumara, de donde proviene esta danza, los matachines son acompañados por un violín, pero también se utilizan instrumentos incorporados al vestuario de los danzantes, como la sarta de capullos o semillas atados a los tobillos, así como el cinturón con cascabeles y pezuñas de venado, que cumplen un importante papel rítmico durante la danza.
La danza de los matachines no solo es una manifestación cultural y religiosa, sino también una tradición que ha sido preservada a lo largo de los años. A pesar de tener orígenes europeos, la danza ha evolucionado y se ha adaptado a la cultura y la identidad de los grupos indígenas de México, lo que ha permitido que la tradición siga siendo una parte integral de sus festividades religiosas y culturales.
En los pueblos sonorenses se baila por hombres y mujeres de todas las edades. Durante velaciones en cuaresma de las comunidades indígenas, o en otras festividades religiosas, del sur y de la sierra de Sonora.
Fuentes: Inah, México Desconocido, Sonora Star, Pie de Página
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