2024: la Alianza, a 10 puntos de Morena

López Obrador está desquiciado porque su estrella se apaga día tras día, semana tras semana.

ESPECIAL, feb. 1.- Con el rosario de derrotas registradas en las últimas semanas -desde el rechazo a su Reforma Electoral constitucional, perder el control de la SCJN, el declive de su ‘corcholata’ favorita Sheinbaum como gobernante–candidata, y hasta exhibirlo desde EU como un Presidente entreguista y débil-, López Obrador sigue mal y de malas por otra razón poderosa: a pesar de todo, la opositora alianza Va por México se acerca a Morena con 10 puntos de diferencia rumbo a la elección presidencial del 2024.

Lo que parecía, según AMLO y sus voceros con pluma y micrófono, un mero trámite para la 4T en la próxima presidencial a realizarse dentro de 16 meses, se ha vuelto una obsesión de alto riesgo para el tabasqueño porque sabe que esa distancia de tan sólo 10 puntos, son más que remontables en los próximos meses. A ello responde su intentona dictatorial contra el INE: para robarse la elección. Así de grave.

Hoy por hoy, a López Obrador le vuelven a brotar sus traumas electorales.

Se le presenta aquel 2006 cuando en febrero llevaba ventaja de hasta 20 puntos sobre Felipe Calderón, y por soberbio, sobrado y confiado, el panista le dio la vuelta y lo derrotó. (Las mascotas obradoristas que siguen hablando de un fraude electoral carecen de pruebas y sólo repiten, como merolicos, los traumas de AMLO).

A López Obrador se le refleja también, en el espejo, la palabra derrota electoral bajo un año: 2024, sabedor que en política cualquier ventaja de diez o menos puntos es remontable cuando falta tanto tiempo, sobre todo si le sumamos a un Gobierno fracasado, rebasado por la violencia, con 900 mil mexicanos que tan sólo en diciembre pasado perdieron su empleo y con un sexenio que concluirá con números rojos. Y lo peor para ellos: con un Presidente que sólo gobierna con saliva ante la ausencia de resultados positivos y quien, a los ojos de millones, tiene y mantiene a una familia presidencial enriquecida de manera tan evidente como oscura.

La encuesta de El Financiero del 18 de enero pasado, prende las luces de alerta en Palacio Nacional:

A la pregunta: Si hoy hubiera elecciones para Presidente de la República, ¿por cuál partido votaría usted?, la respuesta no deja de sorprender: Morena y sus aliados con 49 por ciento, mientras que la alianza Va por México (PAN, PRI y PRD) registra 39 por ciento. Diez puntos de diferencia.

En 16 meses, esos10 puntos son más que remontables.

¿Y qué otras lecturas nos presenta esta encuesta reciente?

Cuatro, de bote pronto.

Primera: a pesar de los incontrolables ataques de AMLO desde Palacio Nacional en contra de la oposición, de sus líderes, de la clase media, de periodistas e intelectuales y todo lo que huela a oposición o autonomía, esta espuma de odio que sale de la boca de AMLO no ha sido suficiente para apabullar a sus adversarios y críticos, quienes a pesar de ello gozan de cabal salud política, y eso desquicia al Peje.

Segunda: unida la oposición sí representa una seria amenaza electoral para AMLO y cualquiera de sus corcholatas: la Sheinbaum, hoy fuera de control y autoritaria por su mal Gobierno; Ebrard, expuesto también por Estados Unidos como entreguista y tramposo en materia migratoria, y Adán Augusto López, ubicado ya como una amenaza contra la democracia mexicana al ser exhibido públicamente por el presidente del INE, Lorenzo Córdova, al pedirle López a los legisladores morenistas “destazar al INE”. Una oposición unificada es veneno para Morena. Y si Movimiento Ciudadano se suma (la encuesta le da ocho puntos), entonces ya estamos hablando de un empate rumbo a la próxima presidencial.

Tercera: si la alianza Va por México, aun sin candidato o candidata, está a diez puntos de distancia de Morena para la presidencial, cuando lo haga público, por inercia político-electoral, automáticamente crecería entre cinco y siete puntos, según calculan especialistas electorales. Y al darse este fenómeno, la alianza opositora tendría a tiro de pájaro a Morena y la carrera rumbo al 2024 se cerraría.

Cuarta: a pesar de la compra de votos ordenada por AMLO mediante el disfraz de los programas sociales, esta no ha sido suficiente para ocultar la derrota innegable que, como Presidente, está teniendo López Obrador. No todo se compra con dinero.

Y un dato importante:

10 puntos de diferencia equivalen a cinco millones de votos.

En la elección intermedia de 2021, Morena y AMLO regresaron a su techo electoral: 15 millones de votos que, en comparación a lo que ganaron en 2018 (30 millones), significan 15 millones de votos perdidos durante tres años de desastroso Gobierno de López Obrador. Haga usted cuentas.

Y los votos perdidos – lo sabemos bien-, ya no regresan.

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López Obrador está desquiciado porque su estrella se apaga día tras día, semana tras semana. Cada vez son miles y miles más los decepcionados por su mal Gobierno, mentiras y miserias, arrepentidos de haber votado por el tabasqueño y dispuestos a voltear su voto en 2024, mediante un voto de castigo que, desde ahora, comienza a atisbarse contra Morena. Las facturas se pagan, tarde o temprano. Y a los políticos, se las cobran en las urnas.

AMLO, apabullado por la sombra de la derrota.

La desesperación lo volverá más peligroso.

Habrá que frenarlo, como sea.

Por Martín Moreno-Durán

www.sinembargo.mx

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