Paskolas y el sueño de ser campeones no termina

El equipo de Navojoa no logra su pase a la final de la LBP.

NAVOJOA, Sonora, dic. 16 (ESP/NPN).- Cayó la noche fría de diciembre, esas que duelen a pesar de traer encima el abrigo. La gélida tempestad no aplacaba el deseo de salir victoriosos, de ir amansar a unos mineros indomables. El viaje fue largo, los minutos pesaban en las piernas y el cuerpo cansado de la batalla del martes, que, por cierto, fue monumental, ante un graderío efusivo y apabullante que vitoreaba cada enceste.

Aquella noche, la última en el gimnasio ‘Armando Islas Covarrubias’, sentó el precedente más férreo de la afición, esa vez llegaron de todos lados, de todos los municipios a impulsar a su equipo Paskolas, sus guerreros de la duela.

Llegaron en carro, en camión, en Uber, de raite o de aventón, papás con sus niños con todo y balón para acaparar la cancha en cada tiempo fuera o descanso, tíos, abuelos, amigos, familia, novios, esposos, todos con un sueño, con el anhelo más marcado que la cicatriz de la vacuna del tétanos del brazo.

Los cacahuates, las papitas, los elotes con crema, las salchichas asadas y desde luego, la cerveza más fría que la noche, hicieron compañía a esa algarabía de casi mil aficionados que inundaron el gimnasio para darle fuerza a Paskolas.

Ese día iniciaba la cuenta regresiva para buscar el pase a la final. Ya habían pasado otros momentos difíciles durante la temporada, donde los puntos no sumaban y, tuvo que ser el presidente del club, Julián Aguilera, quien impusiera el orden.

Esos días oscuros habían quedado atrás, se había dejado en la duela al campeón actual de la LBP, Fohr, difíciles para vencer, se sufrió durante el rol regular con ellos, pero en playoffs, la historia, la historia fue distinta, sabíamos que echándolos seríamos los principales a ser los campeones.

Los guerreros salieron decididos a vencer, a cazar a su presa, comandados por el coach Alemán, conocían cada uno de ellos la estrategia, el tocarse la cabeza anunciaba una jugada prefabricada en pizarrón y ensayada durante días en los entrenamientos.

El balón pasaba de un jugador a otro, cada uno buscando penetrar el marcado rival. Los puntos caían, pero el rival era fuerte, se buscaba por el lado derecho, por el izquierdo, con coladas, tiros libres, de tres, de dos puntos, como sea. Y el balón se negaba a entrar.

Esa noche sentimos el frío cuando sonó el silbatazo final de último periodo y nos decía que teníamos que ir a Cosalá, a rifárnosla, a buscar en el ‘juego la vida’ para seguir en semifinales. Los rostros de los aficionados se mostraban preocupados, otros dándose ánimos, sabiendo que aún faltaba camino, los directivos planteando una estrategia, buscando cómo salir adelante, ya no eran esos abrazos de emoción, de éxtasis cuando pasamos a semifinales ganado por un punto en la pizarra al campeón de liga del 2022.

Ahora las palmadas eran para buscar la calma, la tranquilidad.

Cosalá

Llegó el día, de nuevo una noche helada de 8 grados centígrados en Cosalá, Sinaloa, era la que abrigaba el encuentro, con un domo casi vacío, no como el de Navojoa que ya no cabía nadie. Los jugadores entraron a la duela, cada uno de los Paskolas repasaba en su cabeza las estrategias, escuchaba los gritos de Alemán, veía a sus demás compañeros en busca de concretar las jugadas.

Sudaban y sudaban, insistían cada segundo, no dejaron de intentar que el balón cayera en esas redes, pareciera una maldición. Pero el ánimo y el deseo no desaparecían tan rápido, la actitud era importante, el marcador iba en contra, la presión era más fuerte que en la cima del Everest, aun así, los Paskolas sabían que podían remontar y obligar un juego más.

Pero los encestes no alcanzaron, sonó la chicharra que cerraba el último cuarto. Los sueños se esfumaron. El anhelo quedó paralizado. El ánimo se congeló. Entre ellos se miraban, no dan crédito a lo sucedido, porque sabían que habían hecho un gran trabajo para llegar a esa instancia y que podrían aspirar a ser campeones, como siempre fue el objetivo desde que se inició temporada.

Alemán entró a apacharlos, a darles aliento, ellos seguían atónitos, como si fuera un sueño, la pesadilla que ningún jugador quería soñar y mucho menos vivir.

Levanta la cara paskola, el camino al campeonato no ha terminado, no ha sido cerrado, solo en esta vía no se puede. Levanta la cara Newby, esto solo es momentáneo. Vamos Manzo, capitán, eres líder, no puedes dejar de tener los brazos arriba. Mondragón y Borbolla no es momento de lamentarse, es momento de repasar y pensar en el futuro.

Levanta la cara paskola, que septiembre llegará muy pronto y tendrás que estar listo, con tus rostros pintados para la nueva guerra, donde volveremos a soñar, anhelar y, desde luego, a aspirar a ser campeones. Paskolas no puede aspirar a menos, solo a ser campeón.

Por lo pronto, gracias Paskolas porque nos emocionaste, nos diste los mejores meses del 2022, nos uniste como región e hiciste que reviviéramos con tu jugadas aquellas icónicas clavadas y encestes de Michael Jordan, Scottie Pippen y Shaquille O´Neal, por mencionar algunos, nos regresaste a nuestros mejores años, los años maravillosos.

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