Economía mexicana: 2022 fue otro año de crecimiento magro y desarrollo social mínimo

ESPECIAL, dic. 23.- Durante el 2022 la economía del país tuvo un mejor desempeño de lo pronosticado, pero la calidad de vida de los mexicanos sigue mermando.

La pobreza laboral, la inseguridad alimentaria y los rezagos sociales advierten que el día a día de los mexicanos también estuvo marcado por la carestía durante el año que está por concluir.

El pronóstico de crecimiento del país para este 2022 del Banco de México (Banxico) es de tres por ciento, aunque en agosto la previsión era de 2.2 por ciento. En contraste, los indicadores que se enfocan en la calidad de vida de los mexicanos no registran saltos destacados.

“Lo que esperábamos era poder decir que en estos meses de mayor crecimiento económico a lo esperado y la generación de empleo formal iban a repercutir en mejores condiciones de vida para los habitantes del país. Pero desafortunadamente tenemos un indicador amplio de pobreza laboral, que a lo que se refiere es a que con tus ingresos laborales no puedes comprar la canasta básica alimentaria para cada uno de los miembros del hogar”, explica Adriana García, coordinadora de Análisis de México ¿Cómo vamos?

Hasta el tercer trimestre de 2022 se observó un aumento anual del número de personas ocupadas con 1.6 millones y el ingreso laboral per cápita tuvo un incremento anual al pasar de dos mil 769.23 pesos a dos mil 807.49 pesos, que representa 1.4 por ciento; en tanto que la pobreza laboral disminuyó en 0.6 por ciento al pasar de 36.6 por ciento a 36.0 por ciento anual, todo eso en un contexto de aumentos históricos de la inflación.

Bajo este panorama el valor de la canasta básica de 14.1 por ciento y 13.8 por ciento en el ámbito rural y urbano, lo que empujo que entre el segundo y tercer trimestre de 2022 la pobreza laboral aumentará de 38.3 a 40.1 por ciento, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

“Aquí es donde vemos que el periodo de alta inflación, pero sobre todo de altos precios de los alimentos, ha mermado la calidad de vida de los mexicanos a pesar de que, con datos al tercer trimestre del Producto Interno Bruto, se indica que logramos recuperar el tamaño de la economía que teníamos antes del choque de la pandemia”, detalla la especialista en entrevista con Reporte Índigo.

En noviembre el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un incrementó anual de 7.80 por ciento y una variación mensual de 0.58 por ciento.

Progreso social

Otro ejemplo del avance poco dinámico en la calidad de vida de los mexicanos lo aporta el Índice de Progreso Social de 2022 que sitúa a México en el lugar 66 de 169 países, mismo que señala severas carencias en materia de seguridad personal, acceso a servicios de salud de calidad, acceso a instituciones de justicia, respeto a los derechos y libertades, acceso a la educación de calidad y a servicios públicos por grupo social.

El estudio apunta que el ingreso económico es sólo una parte de la historia, pues si bien es necesario para mejorar las condiciones de vida de las personas, no es suficiente.

Desde el año 2021 se ha observado un retroceso del país en materia de desarrollo social. Además se apunta a que al complementar los datos del Índice de Progreso Social con los datos de crecimiento del PIB se encuentra que ni en crecimiento económico ni en crecimiento del bienestar el país está teniendo un buen desempeño, “es más, se está retrocediendo en aspectos en los que se había mejorado”.

Programas sociales

Uno de los constantes argumentos del presidente Andrés Manuel López Obrador ante los resultados en materia económica del país desde el impacto de la pandemia por COVID-19 y las medidas de confinamiento que se establecieron en 2020, es que los apoyos sociales que puso en marcha su administración llegan a siete de cada 10 mexicanos.

Sin embargo, García advierte que este reparto de recursos públicos se ha hecho de forma poco selectiva y pone el ejemplo de la Pensión Universal para Personas Adultas Mayores que únicamente solicita tener 65 años cumplidos para ser beneficiario.

Si se toma en cuenta que México tiene un espacio fiscal reducido para atender todas las necesidades en materia de salud, seguridad o educación, la entrega indiscriminada de recursos no es la mejor estrategia, advierte la especialista.

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