Lo saludable cuesta caro

Perspectiva

Por Moisés Gómez Reyna

Mucho escuchamos la importancia que tiene llevar una dieta saludable, pero lo que lamentablemente poco se aborda es lo costoso que puede llegar a ser alimentarse sanamente, en especial en países de Latinoamérica como México.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la FAO, una dieta saludable consiste en una cantidad adecuada de calorías, así como de nutrientes y micronutrientes esenciales provenientes de diferentes grupos de alimentos.

Las dietas saludables se basan en una amplia variedad de alimentos no procesados o mínimamente procesados y que sea equilibrada entre todos los grupos de alimentos, incluyendo un mínimo de 5 porciones de frutas y verduras al día.

El nuevo informe de las Naciones Unidas (ONU) “Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2022”, advierte que un 22.5% de las personas (1 de cada 5) en América Latina y el Caribe, es decir unos 131.3 millones de personas, no cuenta con los medios suficientes para acceder a una dieta saludable.

Lo más preocupante es que esto representa un aumento de 8 millones de personas con respecto al 2019, esto a raíz de un mayor costo diario promedio de este tipo de dieta en América Latina y el Caribe comparado con el resto de las regiones del mundo, señala el documento.

En el Caribe, el costo de alimentarse sano es de 4.23 dólares (80 pesos) diarios por persona, detalla, seguido de América del Sur y Mesoamérica con 3.61 y 3.47 dólares (69 y 66 pesos), respectivamente.

En países de Mesoamérica, como México, precisa la ONU, el porcentaje de población con ingreso insuficiente para una dieta saludable se dispara a 27.8% (1 de cada 4 personas) de la población, mientras que en América del Sur la cifra es de 18.4% y en el Caribe asciende a más de 51%.

La falta de acceso a una dieta saludable observada en toda la región está asociada a diferentes indicadores socioeconómicos y nutricionales. El informe presenta una clara relación entre el nivel de ingresos de un país, la incidencia de la pobreza y el nivel de desigualdad.

Revela también que el aumento de los precios internacionales de alimentos experimentado desde el año 2020, especialmente después del inicio del conflicto en Ucrania, ha incrementado las dificultades para que las personas puedan acceder a alimentos sanos.

Para contribuir a la asequibilidad de dietas saludables, según el organismo se requiere:

1. Crear incentivos para la diversificación de la producción de alimentos nutritivos dirigidos principalmente a la agricultura familiar y los productores de pequeña escala.

2. Medidas para la transparencia de los precios de estos alimentos en los mercados y el comercio.

3. Transferencias en efectivo y otras acciones como la mejora de los menús escolares, hay que impulsar los desayunos calientes y fríos para los alumnos.

Adicionalmente, es importante promover soluciones innovadoras que diversifiquen la producción y aumenten la oferta de alimentos saludables, mejorando el acceso de los pequeños productores a los mercados.

Otras políticas alimentarias que pueden desempeñar un papel en la asequibilidad de las dietas saludables y prevenir enfermedades relacionadas con el sobrepeso y obesidad, subraya el informe, son: el etiquetado nutricional, el subsidio de alimentos nutritivos y la aplicación de impuestos sobre alimentos de alta densidad energética y mínimo valor nutricional.

Es importante tomar medidas ya contra el alto costo de los alimentos saludables, ya que su encarecimiento afecta particularmente a las poblaciones vulnerables, como los pequeños agricultores, mujeres rurales y poblaciones indígenas, las cuales destinan un mayor porcentaje de sus ingresos precisamente a la compra de alimentos.

Twitter: @gomezreyna

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