Tasas altas: ganadores y perdedores

ESPECIAL, dic. 22.- La tasa de los Cetes a 28 días en esta semana alcanzó 10.20 por ciento. Se trata de la mayor cifra desde el año 2001.

En poco más de dos décadas no habíamos visto tasas de esta magnitud en México.

Y todo indica que no hemos llegado al nivel más elevado.

El Banco de México ya anticipó que en su próxima reunión de política monetaria a realizarse el 9 de febrero las incrementará de nueva cuenta, así sea en un cuarto de punto porcentual.

Algunos analistas incluso consideran que habrá al menos otro u otros dos incrementos a lo largo del próximo año.

Esto ofrece una oportunidad para los ahorradores e inversionistas.

Considerando el nivel actual de inflación (aunque seguramente va a bajar en el futuro), una tasa de 10.2 por ciento resulta ya claramente superior al 7.8 por ciento de la inflación que se registró en noviembre.

Quien ahorre en este momento, obtendrá una ganancia real de 2.2 por ciento anual.

Tal vez no parezca muy impresionante la cifra. Pero déjeme recordarle que, por ejemplo, en diciembre de 2021 la inflación fue de 7.4 por ciento mientras que la tasa de Cetes a 28 días era de 5.5 por ciento, por lo que tasa real era negativa en 1.76 por ciento.

Es decir, hoy existe un entorno de tasas reales positivas que buscan alentar el ahorro y desalentar el consumo, como una de las vías para reducir la inflación.

Hay que señalar, sin embargo, que el alza rápida de tasas como la vivimos en este año causó minusvalías en inversiones que manejan instrumentos de largo plazo, que usualmente son los más rentables.

Es probable que aun en ese caso, gradualmente regresen las plusvalías y aun las inversiones a plazos más largos se beneficien de las tasas más elevadas.

Hasta aquí lo referido a la oportunidad que ofrecen las tasas altas.

Veamos ahora por qué también pueden ser una amenaza.

Las tasas activas, es decir, las que se cobran a quienes solicitan créditos, se han ido aún más arriba.

Una de las referencias usuales para establecer las tasas para el crédito es la llamada Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio, la TIIE, a plazo de 28 días.

El nivel en el que se encuentra ahora es de 10.73 por ciento. En caso de que la tasa de referencia de Banxico vuelva a subir un cuarto de punto, seguramente llegará a 11 por ciento en el mes de febrero,

Pero las tasas activas pueden subir mucho más, ya que además de reflejar el costo del dinero, también tienden a reflejar el riesgo que corren las instituciones bancarias con sus préstamos.

En un contexto de menor actividad económica y con una política monetaria restrictiva, lo más probable es que ese costo derivado del riesgo se incremente aún más.

Las tasas variables que se emplean, por ejemplo, en las tarjetas de crédito, en los créditos quirografarios (es decir, sin garantía específica) a las empresas y los créditos personales, ya se han elevado significativamente en los últimos meses.

Pero, las tasas hipotecarias y las de los créditos automotrices aún no resienten de modo significativo los incrementos.

Pero ya solo es cuestión de tiempo para que también se incremente el costo de los créditos nuevos, aunque se mantengan sin cambio los créditos a tasa fija contratados con anterioridad.

Mientras que los ganadores serán quienes tengan liquidez para poder hacer inversiones que les pagarán más, los perdedores serán quienes tengan créditos elevados a tasas variables.

Las empresas que se encuentren muy apalancadas con esquemas de tasas revisables van a padecer más, lo mismo que las personas y familias que tengan, por ejemplo, saldos elevados en sus tarjetas de crédito.

La economía mexicana quizás no sufra en conjunto tanto como lo harán las de Estados Unidos o Europa debido al escaso uso del crédito bancario en la economía.

En cualquier caso, le deseo que esté usted del lado de los ganadores y no de los perdedores en estas circunstancias.

www.elfinanciero.com.mx

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