¿Viva México en 2023?

ACTITUDES

Rafael Robles Flores

Hace 213 años, hombres y mujeres se manifestaban a favor de la libertad y de la igualdad en un territorio que había alcanzado un gran crecimiento económico pero que solo beneficiaba a los españoles y a un grupo selecto de autoridades, comerciantes y terratenientes. Las condiciones de las mayorías eran lamentables, las oportunidades de trabajo escasas, los salarios inequitativos, prevalecían los trabajos forzados, los tributos eran altos y las condiciones de igualdad social inexistentes.

Por ello Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Mariano Abasolo, Juan Aldama, Josefa Ortiz de Domínguez, José Miguel Domínguez, Mariano Matamoros, Nicolás Bravo, Guadalupe Victoria, José María Morelos y Pavón, Vicente Guerrero y otros, habrían de alzarse en armas para luchar por la independencia de México, pero también para acabar con los excesos del poder.

Hoy millones de mexicanos nos levantamos para buscar el pan que permita el sustento de nuestras familias. En México somos 129 millones de habitantes, de los cuales alrededor de 26 millones están trabajando formalmente y 29 millones de mexicanos lo hacen en la economía informal, según cifras del INEGI. Los que pagamos el Impuesto Sobre la Renta en México trabajamos casi cuatro meses para sostener el presupuesto público y lo que se nos ingresa el resto del año es para satisfacer nuestras necesidades y las de nuestras familias.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) planteó que México es uno de los países en los que la riqueza está peor distribuida pues de todos los activos financieros en México el 80 por ciento es propiedad de sólo el 10 por ciento de las familias del país, de las cuales, un 1 por ciento acaparan más de un tercero.

Ahora bien, un elemento clave del gasto público es la transparencia y rendición de cuentas. México cayó en el Índice de Percepción de la Corrupción en el sector público, elaborado por Transparencia Internacional en 2022. En 2015 el país se ubicó en el lugar 95, y en 2022 pasó al sitio 126, entre 180 países analizados. Esto coloca a México como el país más corrupto entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y del G-20 junto con Rusia.

Asimismo, de acuerdo al último Informe País sobre la Calidad de la Ciudadanía realizado por el INE y el Colegio de México, 66% de los mexicanos cree que las leyes en el país se cumplen poco o nada. Este informe muestra que México se encuentra en un complejo proceso que se caracteriza, en términos muy generales, por una desconfianza en las autoridades, especialmente en legisladores, partidos políticos, sindicatos, policías y, en general, un desencanto por los resultados que ha tenido la democracia.

Ahora bien, las mediciones de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública reflejan un aumento constante en el porcentaje de mexicanos que percibe a su estado como inseguro, al pasar de 66.6% en 2012 a 74.6% en 2023.  Y aún ante estos tristes escenarios, el gasto en seguridad pública en nuestro país ha sido de 1 % del PIB, en promedio, de 2008 a 2023. ¿No es la principal función del estado dar seguridad a sus ciudadanos?

Para construir un mejor país se requiere la participación activa de los mexicanos en la realidad comunitaria y pública. De nosotros depende propiciar las bases para la transformación de nuestra sociedad que permita mejores niveles de vida para todos. Haciendo lo mismo, seguiremos en un México del siglo XX y no del siglo XXI. Por las nuevas generaciones, salgamos de nuestra apatía e indiferencia y reconstruyamos el tejido social de nuestras comunidades. México es mucho más que su clase gobernante y nuestras vidas son algo más que sólo trabajo y familia. Cada uno de nosotros tiene talentos que aportar como ciudadano. La pelota está de nuestro lado para seguir gritando con valentía y esperanza: ¡Viva México!

@rafaelroblesf

Lic. en filosofía. Maestría en educación con especialidad en comunicación organizacional en el Tecnológico de Monterrey. Con estudios en las universidades de Nevada, Minnesota, Mount Royal y British Columbia.

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